
Vivir en este país últimamente es un sobresalto diario. Recortes, reformas, crisis, austeridad… Y cada día una nueva medida que da un poquito más de susto. Nuestro mundo vive amenazado por las crisis financieras y ambientales, y parece que a veces
el remedio que nos proponen puede ser peor que la enfermedad.
Lo que ya nadie duda es que ciertas prácticas financieras poco éticas han contribuido, y mucho, a esta crisis, que muestra pocos signos de mejorar y en la que cada día se recorta más y más el estado del bienestar... Nos ha quedado muy clarito que las acciones de una minoría pueden provocar consecuencias generalizadas y dolorosas para una gran mayoría de la población mundial, especialmente los más pobres. Y e
s hora de decir basta: no debemos permitir que estos abusos continúen.
En un mundo donde las empresas sin escrúpulos se permiten esquivar el pago de impuestos sin ningún tipo de penalización,
las naciones más empobrecidas están perdiendo miles de millones de dólares de potenciales ingresos tributarios que les permitirían desarrollarse de manera sostenible.
160.000 millones de dólares anuales, según los cálculos de
InspirAction. Los impuestos que deberían pagar estas grandes empresas, especialmente en países de gran riqueza extractiva, supondrían que de golpe estos países dejasen de depender de la ayuda exterior y contasen con recursos económicos para luchar contra la pobreza y el cambio climáticos.
En InspirAction estamos hartos de que siempre paguen los mismos. Por eso, en nuestra nueva campaña
pedimos a Mariano Rajoy que use toda su influencia para que los líderes mundiales que se reunirán en junio en México, en la cumbre del
G20, se comprometan con firmeza a luchar contra el secretismo de los paraísos fiscales, uno de los principales impedimentos para que muchos países salgan de la pobreza.
Sabemos que este problema no va a ser resuelto en un día, pero creemos que el G-20, por suerte o por desgracia, tiene el poder para comenzar a implementar algunos de los cambios que necesitamos. Se trata de
pasar de las declaraciones de buenas intenciones a la acción. Es el momento.
Como representante español, el presidente puede impulsar cambios que logren medidas reales para el beneficio de los más pobres. Necesitamos un sistema financiero global más transparente, que evite que las empresas multinacionales sin escrúpulos dejen de pagar los impuestos que deberían en los países del Sur.
Las palabras no son suficientes. Es necesario pasar a la acción.
¡Actúa! Pide a Mariano Rajoy y al resto de líderes del G20 que se aseguren de que la voz de las personas más pobres sea escuchada en México.
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